Pienso mover la voz a ti debida.
Garcilaso de la Vega.
Cuantas veces a las puertas
De tus brazos he quedado,
Cuantas noches macilentas
Sin la luz de tu regazo,
Cuanta lágrima escondida
En la angustia de mis versos,
Cuanta pútrida saliva
Calcinada sin tus besos,
Cuantos gritos despechados
En la prisión de la ausencia
Cuanto amor amordazado
Tras los muros de un poema,
Cuanta estrofa ensangrentada
Por no habernos encontrado,
Cuanta vida malgastada
Por el pánico a entregarnos.
Y se me escapa la vida
Con la mudez de mis versos
Poesía a ti debida
Como bálsamo y veneno.
El desamor que en ti siento
Es lo que me hace poeta,
Y extenderá mi lamento,
Cuando more bajo tierra,
Más allá del sinsentido
De lo eternamente muerto,
Y mi verso como aullido
Pervivirá en el silencio,
Aunque entonces como ahora,
Indiferente a mis ruegos,
Tornes muda la oratoria
Donde yacen mis deseos.
(...)Aunque entonces como ahora,
ResponderEliminarIndiferente a mis ruegos,
Tornes muda la oratoria
Donde yacen mis deseos.
Una preciosidad todo él.
¿Cuantos hemos sentido esa indiferencia, esa mudez?
¿Cuanto dolor nos ha producido? y pese a ello, no desprecioamos la experiencia de haber "sentido".
Abrazos ... dos. PAQUITA
Un poema descorazonado, aun asi bello y sentido.
ResponderEliminar"...Más allá del sinsentido/De lo eternamente muerto,/Y mi verso como aullido/Pervivirá en el silencio,..."
Esta estrofa... dice tanto, tanto dolor...
Besos en esos labios de poeta
P.D.: Sabes este poema viste a una de mis obras, "Sin sentido".
¡A ver! ¿Qué tal os estáis portando por aquí? panda de mangarrianes.
ResponderEliminarPasaba por aquí y me he encontrado esta deliciosa poesía.
Preciosa, Rafa, preciosa.
Qué te publiquen ¡YA!
Muchas gracias, Paquita, Mar, Ely.
ResponderEliminarY muchos abrazos.