Muy buenas noches
y gracias a todas y a todos por haber venido hoy a acompañarnos en la
presentación de Escarabajo Pelotero, este tan magnífico como particular
poemario de Eladio Orta.
Quisiera comenzar
agradeciendo a Eladio esta nueva oportunidad que me brinda para presentar uno
de sus libros. Anteriormente, en este mismo espacio, hace ahora algo más de año
y medio, hice lo propio con "Los ojos de los fornecos." También una
maravilla.
Aquella noche,
para comenzar, les hablé muy brevemente de Eladio como escritor, como persona y
como adicto a la lucha ecologista. Hoy no lo haré para evitar repetirme.
Aunque también es
cierto que hablar de "Escarabajo pelotero", es también hacerlo acerca
de su autor... No, no se trata de una ofensa. A medida que avancemos en mi
exposición se irá entendiendo.
* * *
Bombix Mori
(Gusano de seda)
Él
se crea su mundo y se lo cierra:
(¡Sueña
en romperlo pronto con dos alas!)
Mas,
luego viene el hombre y de aquel hilo
—mínimo
mundo, vuelo en la promesa—,
hace
un vestido para su mujer.
Dulce María
Loynaz, según afirman los estudiosos de su vida y su obra, escribió este poema,
que forma parte de la que es considerada su ópera prima —Bestiarium—, cuando
aún era una estudiante de bachillerato.
Un poemario que, al parecer, fue parido en un arrebato de rebeldía; como una sutil venganza colmada de humor,
ingenio, originalidad, belleza, dominio de la palabra y poesía, sobre todo mucha
poesía.
Su profesor de
Historia Natural le había suspendido un examen —el único suspenso de su vida— y
ella, a fin de demostrarle sus aptitudes y conocimiento en la materia, dio a
luz a su Bestiarium. Sí, esto fue lo que aconteció. O algo parecido, que acerca
de este capítulo de la vida y obra de la genial poeta cubana circulan
diferentes versiones.
En el Bestiarium
de Loynaz no tuvo cabida el escarabajo pelotero. Y he aquí que Eladio, también
con mucho ingenio, originalidad, sentido del humor, dominio de la palabra,
belleza, mucha poesía —o anti poesía—, y también, como demostración de
rebeldía, ha venido a suplir de algún modo aquella carencia con su
"Escarabajo pelotero."
Estoy convencido
de que a Dulce María Loynaz le hubiese encantado leerlo. Y que su profesor de
Historia Natural habría otorgado un más que justo sobresaliente cum laude a
Eladio.
* * *
Pero un momento.
Pudiera ser que algunos de los hoy aquí presentes estén pensando: "Qué duda cabe, Eladio es un rebelde, su
lucha de décadas en favor del medio ambiente así lo atestigua. Y de ingenio,
originalidad y sentido del humor está claro que va bien servido. Tampoco ha de
faltarle dominio de la palabra tras tantos años dedicado a la literatura y al
quehacer antipoético. Pero... ¿Belleza? ¿Belleza en un poemario dedicado a un bichejo cuyo único afán no parece ser
otro que amasar mierda y más mierda?
Pues sí, mucha
belleza. Eladio nos da la pista a seguir para cerciorarnos de ello en uno de
los poemas de su "Escarabajo pelotero."
"las larvas desayunan sorbos
fermentados de tréboles rumiados
por estómagos de cuatro cavidades
estomacales
proceso excretor:
los trifolios pasan por el tamiz del
numen-retículo /
supervisado por el omazo / (órgano de
transición) / y
digerido en el abonazo /
la materia residual es transportada
por el intestino delgado y
grueso al ano / produciéndose
el milagro escatológico
¿los griegos inventaron la belleza?"
¿Se puede
concebir —más hoy, cuando a los políticos se les llena la boca en vano de
conceptos como "economía circular" o "ciclo de vida"—algo
tan hermoso como el prodigio de la vida? ¿Algo tan sublime como la vida
eclosionando de otras vidas ya acabadas?
Pues todo eso lo
encarna el escarabajo pelotero.
* * *
Afirma Eduardo
Galante, Director del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad, que, amén de
la vital función que cumplen para el abonado del suelo, si no fuese por los
escarabajos peloteros "tendríamos un problema grave de sanidad
en la naturaleza."
Sirva como
ejemplo lo acontecido en Australia durante la segunda mitad del siglo XX. Allí,
la introducción de un nuevo tipo de ganado mayor llevó en poco tiempo a que sus
excrementos se acumulasen en los campos donde, amén de dar lugar a una
proliferación inusitada de moscas, impedían, como caballo de Atila, el
crecimiento de la hierba. Los escarabajos y otros coprófagos autóctonos eran
incapaces de reciclar este tipo de deyecciones. Desconozco, aunque no sería de
extrañar, si hubo tentaciones de abordar el problema a través de algún tipo de
tratamiento químico. Esos tratamientos que, en más de una ocasión, terminan
ocasionando, con el paso del tiempo, problemas más graves de los que en un
principio acabaron o no atajando.
Afortunadamente,
gracias a un proyecto del Dr. George Bornemissza, se optó por una solución
acorde con la sensatez y la ecología. La importación de varias especies de
escarabajos que, en un tiempo razonable, lograron reciclar los desechos del
ganado que permanecían desparramados y prácticamente inalterables en las
praderas australianas.
"los escarabajos mantienen a las
poblaciones de moscas /
(a raya) / bajo control"
nos dice Eladio
en su "Escarabajo pelotero."
Pues sí, porque aquellos
escarabajos importados, fundamentalmente desde África, operaron a la par una
reducción más que notable del número de moscas, cuya proliferación se había
convertido en una plaga que, entre otros asuntos, obligó a las autoridades a la
promulgación de leyes en las que se prohibía comer al aire libre en
determinadas zonas del continente australiano durante la década de los años
sesenta del pasado siglo.
* * *
En
"Escarabajo pelotero", Eladio, siempre fiel a su estilo y a su visión
del mundo, escribe desde la retama y el fango, desde sus vivencias acumuladas
en la memoria de la retama y el fango, con sentimientos y palabras que nacen del
corazón de la retama y el fango.
"a
la sombra del puchero
de
tagarninas
mi
madre
sentaba
en la mesa
a
la familia al completo
eran
los domingos
cuando
nos convocaba
al
calorcito del caldo
de
los pucheros de tagarninas"
Pero con un
estilo y visión del mundo que, pese su apego y amor por el terruño, por la
retama y el fango natal, desde el primer instante los trasciende, rehuyendo ese
patrioterismo cateto y provinciano que en tantas ocasiones acaba
constituyéndose en semilla de lo estéril y de odios. Pocas personas merecen
tanta admiración como aquellos que desde el lógico y muy humano interés por lo
local defienden a la par al conjunto, a la universalidad de sus semejantes y de
la madre naturaleza —Pachamama, única diosa acerca de la cual no cabe discusión
alguna de su veracidad— que los acoge.
"no le pongamos tabiques al verso
que la desnudez se desnude
que la cuerda desbarate el nudo
que los puntos y las comas
desaparezcan del paisaje
que la magia brote sin mayúsculas
en el redondel del arenal"
Una
feraz visión de lo que habría de ser en todo momento nuestro breve paso por
este arenal de siemprevivas y ortigas, de sonrisas y lágrimas, que es la vida.
Una visión que definió de manera exquisita José Ángel Valente en un breve ensayo titulado "El
lugar del canto" —es decir, ese lugar mágico donde florecen la poesía y la
palabra—, publicado, junto a otros, en "Las palabras de la tribu",
por Siglo XXI.
Nos dice Valente:
"Habría
que buscar, para descongestión del lenguaje propio y ajeno, el punto histórico
de sustitución de la idea o el sentimiento del lugar por el más abstracto de la
patria. Porque en lo moderno la patria ha absorbido o anulado el lugar y,
siendo como es mayor nuestra pertenencia a la viviente realidad de éste que a
la cristalizada retórica de aquélla, la impuesta noción de patria en vez de ser
más universal lo es menos y en vez de realizarnos nos desrealiza.
Puede
aparecer la patria, así desprovista de su natural raíz, como robusta matrona,
como airosa bandera, como música entre marcial y solemne, o asumir otras muchas
representaciones análogas de las que se desprenden ciertas formas de emoción
convencional, a veces notoriamente falsificada. El lugar no tiene
representación porque su realidad y su representación no se diferencian. El
lugar es el punto o el centro sobre el que se circunscribe el universo. La
patria tiene límites o limita; el lugar, no. Por eso tal vez fuera necesario
ser más lugareño y menos patriota para fomentarla universalidad.
[...]
La
idea del retorno a lo nativo, tan importante para algunos románticos, está
impregnada por un poderoso sentimiento de lugar o por una visión en que patria
y lugar coinciden. Pero el proceso totalizador del espíritu de nación, al que
la filosofía romántica tampoco fue ajena, contribuyó poderosamente al
empobrecimiento o al desprestigio de la noción o del sentimiento de lugar en
favor de proyecciones ideales, aparentemente superiores, cuya amenazadora
naturaleza no tardaría en tomar cuerpo histórico. Por eso no deja de ser
alarmante que determinados seudorrealismos revolucionarios hayan terminado en
una visión histérica o interesada de la noción de patria que, en un principio,
estaban llamados a superar."
Así
es Eladio, un lugareño que, desde su amplía y rica experiencia como tal, se
abre al mundo con su poesía y sus batallas. Como el escarabajo pelotero, que a
la par que transforma la mierda de su pequeño microcosmos en bolita-abono-nido,
se encuentra íntimamente conectado a las estrellas. No, no se trata de una
licencia poética, es un hecho ya más que contrastado a partir de las
investigaciones de un grupo de científicos de la Universidad de Lund (Suecia),
que hace unos años descubrió que el escarabajo pelotero utiliza para orientarse
la Vía Láctea. Asombroso. Como lo son los muchos, los innumerables prodigios
que a diario nos ofrece la naturaleza. Atentos a los mismos.
"conexión
sideral / (entre los excrementos y
el
sendero celeste de la vía láctea) /
a
través de la asociación independiente
de
escarabajos peloteros"
* * *
A
estas alturas, todos deberíamos ser ya conscientes de que "Escarabajo
pelotero" es un poemario que trasciende con creces el campo de la
entomología para adentrarse en los territorios de la sociobiología y la
ecoantropología. Porque aquí, el escarabajo pelotero, amén de un animalillo prodigioso,
es también una metáfora a través de la cual estamos nombrando a todos aquellos
que dedican parte de su tiempo a tratar de garantizar un mañana con futuro.
Así,
cuando terminé la primera lectura del poemario que hoy estamos presentando,
envié casi de inmediato un correo electrónico a Eladio. En el mismo le decía:
Me
ha 'encantao'. Yo también quiero ser escarabajo pelotero. Lástima que no
puedan/podamos digerir el plástico ni la voracidad de los Jinetes del Progreso.
¿O sí?
Testificando la metáfora,
escribe Eladio:
"— qué opinas
de la función depurativa
de los escarabajos peloteros
jorge falcón montalbán orihuela
—¡todos somos escarabajos
peloteros!"
Y aún más:
"el escarabajo pelotero:
(es
activista de la luminosidad y
está en
la antípoda de los sabios
del
oscurantismo
es
activista anónimo contra
el
calentamiento global
del
planeta
es
activista activo
de la
silenciolidad
es
activista sin saberlo
de los nuevos viejos
tiempos)
la dulce violencia de la trasformación"
* * *
En más de una
ocasión hemos conversado Eladio y yo acerca del anarquismo y lo difícil, tal
vez lo imposible, que ha de resultar alcanzar a ser un anarquista de la cabeza
a los pies, cien por cien auténtico. Eladio siempre ha terminado concluyendo
que para ser anarquista, un anarquista completo, habría que poseer una
coherencia fuera de lo común y que, como mucho, y eso ya sería bastante,
deberíamos conformarnos con ser "medio anarquistas". Algo parecido
ocurre con respecto a la vocación de "escarabajo pelotero".
"si deseo algún premio
si algo deseo alcanzar
si me estremece algún sueño
es la persistente paciencia
del escarabajo pelotero"
Nos dice Eladio.
Sí, lo más
probable es que, por mucho que lo soñemos, por más que nos esforcemos en tal
sentido, jamás podamos llegar a ser auténticos y completos escarabajos
peloteros. Pero nunca perdamos la vocación. Eso ya es mucho y, quién sabe, si
hasta esencial, para llegar a salvar al mundo de los océanos de mierda que ya
le llegan al cuello.
* * *
Ya, para ir
terminando, voy a volver casi al principio de mi exposición. Con Eduardo
Galante.
Galante, junto
con Jorge Lobo, investigador del CSIC, nos alertan de como, pese a su
importancia capital, el escarabajo pelotero está desapareciendo a marchas
forzadas como consecuencia de "los
antiparasitarios que se aplican al ganado, los insecticidas o el abandono del
medio rural", de modo que hoy, en el ámbito de la Península Ibérica,
sólo se conservan poblaciones de entidad "en
lugares como Doñana o Cabañeros, donde no se usan antiparasitarios o
insecticidas y hay muchos grandes herbívoros."
"panaderos
de tozudas patas
amasando
panes de estiércol
a
la sombra de huellas residuales
de
medicamentos e insecticidas
que
fulminan
es
el progreso
no
le quepa a usted la menor duda /
progreso
y desarrollo /
(en
lenguaje tecnofascismo) /
significa:
lento suicidio"
* * *
Sí,
los escarabajos peloteros están desapareciendo. O, como nos dice Eladio,
esperemos que algo positivo suceda que acabe desmintiéndolo, "los
escarabajos peloteros tienen los días contados". Y no sólo en el
ámbito de lo biológico. También en el de la metáfora hecha crimen. Chico
Mendes, Berta Cáceres, Nissio Gomes, Zé Claudio, Frédéric Moloma Tuka, Almir
Nogueira de Amorim, Joao Luiz Telles y un largo e ignominioso etcétera de
luchadores con vocación de escarabajo pelotero asesinados por comprometerse con
la defensa del medio ambiente. 168 durante el pasado año 2018.
Hoy, por lo tanto, es más necesario que antes nunca
despertar la vocación de escarabajo pelotero entre nuestros jóvenes y entre
nosotros mismos. Una vocación nada fácil de llevar a la práctica. Pero insisto,
necesaria y urgente. El "Escarabajo pelotero" de Eladio Orta puede
ser buen instrumento a tales efectos. Llévenselo, léanlo con paciencia,
pásenselo a hijos, sobrinos, vecinos, a ese sujeto desagradable que jamás se
digna a saludar en el portal. A ver si así logramos que algunos de ellos
terminen más pronto que tarde siendo medio escarabajos peloteros.
Y,
por qué no, a ver si también despertamos en algunos de ellos el gusanillo de la
poesía. Para que, si algún día llegan a ser legión sus partidarios, termine
siendo ese arma cargada de futuro que soñó Celaya.
Termino:
"¿hay
ideología anticapitalista conservacionista
en
la actitud militante anónima del escarabajo pelotero o /
hay
un sillón invisible propenso a coleccionar prestigios /
que
se lo disputan quienes escriben de oídas?
ay / ay / ay…"
Nada
más por mi parte. Os dejo con Eladio Orta y su "El escarabajo
pelotero". Muchas gracias.
Jueves, 17 de octubre de 2018
Biblioteca Pública Provincial de Huelva.
De la historia natural al anarquismo, con óptica anticapitalista. ¡Vaya reto poético y del presentador¡
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