Gritó "¡Gora ETA!" y, al grito de "¡Viva Franco, negro maricón de mierda!", le rompieron cuatro costillas, el bazo y le produjeron un traumatismo craneoencefálico severo, que lo mantuvo más de dos meses en coma. Fue condenado a dos años y un día de cárcel, y sus patrióticos agresores, condecorados con la insignia de la Orden del Mérito Constitucional.
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