Razón de Estado
(Con la muerte en los talones)
Esta mañana
las fábricas del Polo
ladraban como perros
—cancerberos rabiosos
con cabezas de cobra
escupiendo a los ojos
de la tierra la ría
y los cielos veneno.
"¿Qué son de dónde vienen
esos ladridos tóxicos
como truenos?" —me dije.
"Tres eran tres
las cabezas del Polo
tres eran tres
siendo un solo demonio"
—me respondió el poniente.
"Como los tres poderes
del Estado" —pensé.
Y me alejé de allí
de aquella sinrazón
detestable de Estado
con la muerte pisándome
como a Roger O. Thornhill
los talones. Ladraban
como perros y a nadie
vi allí que galopara
tratando de enterrarlos
en el mar. Hay que ver
con cuánta fuerza y rabia
nos ladra la AIQBE.
Tiene que dar rabia ver este espectáculo para el cambio climático sin poder hacer nada
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