¡Atención, atención, pactistaaaaaaas, ha vuelto a su localidad, el camión del politólogoooooooo!
A ver, pardillos, ya andaba yo, catalejo en mano, avistando, colmado de inusitado alborozo, las paradisíacas y finísimas arenas de las doradas playas de Sentinel del Norte en lontananza —mi camión es anfibio—, cuando, pensando en vuestra candidez rayana con la estulticia, y en otro arranque superlativo de solidaridad de los míos, no me ha quedado otra que darme la vuelta con la loable y noble intención de, una vez más, aconsejaros, que estáis muy verdes en los asuntos relativos a la negociación de hipotéticos cogobiernos.
Bueno, sin más preámbulo, os lo digo, ¿vale? Siempre que negociéis con El Guapo o alguno de sus amiguitos barones o ministros o ministras calvorotas, "grabarlo to, payo', que son muy desmemoriados a la par que fabuladores con avaricia, y terminan contando cosas que no, eh. Lo hacen sin maldad, claro, es que todos los días se olvidan de tomarse el 'De Memory'.
Ea, hecha mi buena acción, me vuelvo p'al Índico. Nos vemos de nuevo en breve, que no os puedo dejar solos.
Narrada así, la política parece un cuento de nunca acabar
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