Distopía
No hubo leyenda negra. Está la historia
de una parte, la parte
de la investigación
de carácter científico
para la posterior
difusión de los hechos
acaecidos antaño,
y de la otra, ese afán
patriotero que esgrimen
las extremas derechas,
tratando de imponer
su leyenda al objeto
de blanquear la barbarie.
¿Y todo para qué?
¿Para encender los más
necios e indeseables
instintos de la plebe
y que esta, como grey,
secunde sus políticas
en pro de los injustos
privilegios que gozan
sin pudor los patricios?
(Tras la larga y tortuosa
deriva que supuso
la transición, hoy día
nos hallamos varados,
al borde del naufragio,
en el año de mil
novecientos ochenta
y cuatro de George Orwell.)
Hay un cambio de actitud, España les importa un pimiento, lo que ambicionan es el poder
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