Se os oía clamar alborozados: "Albricias, hemos salido de la crisis. ¡Viva la Virgen de Tal! ¡Gol, gol, gol, gol, goooooool! ¡Arriba España!". Miraba a mi alrededor —frustración, desesperanza, suicidios, miseria...— y no entendía nada. Ahora muchos de vosotros os subís de golpe y porrazo el sueldo. Sin vacilar —pero vacilándonos—, en plan magnate de club de alterne y el petróleo. Y al fin comprendo. Gracias, muchas gracias por sacarme de los paralizantes territorios de la perplejidad, panda de becerros.
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