Si algo me ha quedado claro de este infumable culebrón que se ha montado en torno a la hipotética investidura de Pedro Sánchez el "Manipulador", es que en Unidas Podemos hay bases de primera división y de segunda regional. Nada más de por medio. De un lado, los simpatizantes e inscritos de Podemos son consultados al respecto de ese hito tan trascendental para el devenir del Universo: Sánchez for President, a la derecha del Padre y casi también del PP. Lo de Vox ya se andaría si fuese necesario. Y se les ofrecen diferentes opciones. Mejores o peores, más o menos amañadas y apañadas, pero se les ofrece la oportunidad de votarlas. Del otro estamos los afiliados y militantes de IU. ¿Votar? No, hombre, no. Lo que digan los otros, que ya está bien de tanta democracia interna y otras gaitas marineras. Un mojón, los militantes de IU somos un mojón para nuestra dirección federal, si es que a estas harturas, digo alturas, queda algo de ella. ¡Vaya un modo singular de generar confluencias! ¡Y de atraer simpatías y militancia! Pues oigan, sesudos y sacrificados dirigentes de la izquierda verdadera en la España de charanga y pandereta de la que sois partícipes como el que más, también los pegacarteles de IU queremos tener la oportunidad de, al menos, poder ser escuchados en las tomas de decisiones que afectan a lo que queda de nuestra maltrecha organización. Nuestra, no de ustedes, las infalibles élites partitocráticas de esta vapuleada IU en vías de extinción, ni de Podemos. A mí, particularmente, lo de la Investidura me la pela sobremanera; el mundo se va al carajo, ¡viva la anarquía!, qué digo la anarquía, ¡el caos, el caos! Pero sí es cierto que me gustaría poder votar para que se fuesen a tomar por donde amargan los pepinos Garzón y muchos de los que lo rodean. Por dignidad, que está vez ya me han tocado los cojones muy por encima de sus posibilidades. A la mierda, hombre ya, a la mierda.
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