Llegados al actual estado de cosas, al fascismo financiero global no le son necesarias las dictaduras. Le resulta más que suficiente con este engendro enganchado de manera compulsiva a las opiáceas, al que llamamos democracia, y con sacar a relucir cada cierto tiempo a algún que otro monstruo con vocación de tirano.
Charles Voxdelaire, bodrio-poeta de altura (195 cms.) y ensayista antifascista socarrón.
La fotografía es de placer, no de monstruos ni tiranos ¿?
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