El gran problema, producto de la mayor de sus muchas taras éticas y neurológicas, que plantean al mundo fascistas como los de Vox, no reside en su patrioterismo ultraclasista y racista, su homofobia, su aporafobia, su misoginia ni, en definitiva, en su estúpida y cobarde misantropía. El gran problema que plantean al mundo fascistas como los de Vox es que, a la menor oportunidad, sacan a relucir su criminal condición de genocidas. Como está aconteciendo con Salvini y la horda de descerebrados que aplauden sus crímenes.
En la fotografía: Detención de Carola Rackete a su llegada al puerto de Lampedusa, por salvar la vida a algunos de los pobres diablos a los que el genocida Salvini ha ordenado dejar morir en el Mediterráneo.
En la fotografía: Detención de Carola Rackete a su llegada al puerto de Lampedusa, por salvar la vida a algunos de los pobres diablos a los que el genocida Salvini ha ordenado dejar morir en el Mediterráneo.
Es misero, sórdido y aún diría tétrico...
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