"Fever in the mornin'
Fever all through the night (Wow!)"
Eddie Cooley & Otis Blackwell
Según las conclusiones
de un estudio científico
reciente y de indudable
solvencia, el ser humano
dispone ya de escaso
tiempo para seguir
devorando el planeta.
Yo le daba dos siglos,
pero, por suerte, el caos
viene a brindarme una única
y grandiosa ocasión
para que pueda darle
un sentido a mi vida.
Año 2050,
esa es la fecha límite
para irnos al carajo.
Y sin necesidad
de esperar a que caiga
del cielo un asteroide
capaz de alzar con furia
las aguas del océano
hasta alcanzar las altas
cumbres del Himalaya
—qué necio el Homo sapiens,
depredador y presa.
Así que he decidido
cuidarme más que nunca
por si fuese posible
asistir en primera
fila al Armagedón.
¡Menudo privilegio!
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Nos vamos al carajo.
(Y nos iremos todos
y quedarán los pájaros cantando).
Pero ya que nos vamos,
¿y si, en vez de a cuidarnos,
dedicamos el tiempo
que nos queda a patearles
sus culos apestosos
y orondos a los cerdos
que se beben las heces
diarreicas del planeta
con gula, a grandes tragos?
Sería divertido,
¿no os parece?, aunque apenas
nos sirviese de nada.
(Y nos iremos todos
y seguirá, en la tarde,
siendo, como está tarde,
el cielo azul y plácido.
Y nos iremos todos
y ya no tocarán
como lo hacen ahora,
jodiéndome la siesta,
las ruidosas campanas
del alto campanario).
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Nos vamos al carajo.
(Poesía impura.)
Ese día te saldrá un poema terriblemente trágico, que leerán los marcianos cuando exploren nuestra antigua civilización y pondrán como libro de texto junto al diluvio de Noé...
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