Peligro de derrumbe
Poetas que se miran
el ombligo y admiran,
desde la ionosfera
donde habitan sus egos,
sus versitos pedestres.
(A su paso enloquecen
de asfixia los sismógrafos).
—No son molinos, mi señor, que son gigantes
con el cráneo vacío
y aun menos corazón,
alzados en precario
sobre sus pies de barro.
En el espacio sideral todo es frio y distante hasta la poesía, como inhumano
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