Mono
Existen tra(d)iciones
populares que aúnan
en un mismo sujeto
colectivo al felón
y al traicionado —el pueblo
que se deja arrastrar
por sus bajas pasiones
hasta los territorios
dedicados al culto
de las adormideras
de diseño. Es la historia
mil veces repetida
del populacho 'ciego'
o ebrio a la par que ciego,
salvando al criminal
que habrá de ajusticiarlo.
(Y, entretanto, la mafia
insomne que trafica
con material onírico
destinado a mudarse
bien pronto en pesadillas,
asiste complacida
al crecimiento en bolsa
de sus activos tóxicos.)
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