sábado, 6 de abril de 2019

El lado más canalla de Alberto Carlos Rivera


—Bueno. Qué agustito se está aquí cara al sol, ¿verdad, Alberto?
—¿Sol? Ojalá.
—Es una metáfora, Alberto. Fácil... los focos... el ADN falangista...
—Aaaah. Y que lo digas, Pablo Amoto. Pero deja que me ponga las gafas oscuras; ya sabes, pa disimular un poco.
—Cuéntame algún secretillo acerca de ti,  de esos que nunca debería conocer el electorado.
—El rescate a la banca. Me hago el dormido cada vez que alguien habla de que hay que recuperar la pasta del rescate a la banca.
—Ja, ja, ja, qué ingenioso. Así les metes a los pardillos que te votan las trancas y barrancas... Aaaaaah, ah, ah, arf, arf, arf, ja, ja, ja, me meo to.
—Sí, porque en este país de anarcocomunistas, secesionistas y proetarras con los que pretende volver a gobernar el cara cartón de Sánchez, también hay mogollón de blandengues que, cuando los bancos a los que rescatamos con su dinero van a desahuciarlos, empiezan a llorar… ¿Sabes aquello de quién va, quién va? Yo estoy dormido, yo no he oído nada.
—Ja, ja, ja.
—Ja, ja, ja.
— [Suspiro]
—(...) Yo quiero tener un millón de amigos larilorilo larilorá... [Tarareando en voz baja.]
—Bueno...
—Bueno...
—¿Nos damos un pico?
—¿De tornillo?
—Aro.

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