Nunca, desde hace más de cuatro décadas, se había hablado tan poco, en este país de todos los demonios, de política; se había tenido en tan poca estíma la democracia; se había pensado tan poco en las necesidades de la gente —porque esto ya tampoco es pueblo— y los posibles modos de satisfacerlas. ¡Si ya casi han olvidado del todo hasta el puedo prometer y prometo¡ Un cuerpo extraño se coló en la máquina que había de teletransportarnos desde la dictadura hasta una sociedad plenamente democrática. Al principio nos sentimos pletóricos, poco menos que semidioses. Pero hoy ya, con la metamorfosis a punto de completarse, nos miramos al espejo y nos invade el más espantoso de los vértigos.
Pues si, somos insectos voraces de consumismo y ajenos a la politica
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