lunes, 11 de marzo de 2019

Poliestropágrafo


La difusión de bulos (*)
por parte de la clase
política es sin duda
hoy el mayor peligro
con el que ha de enfrentarse
la democracia. El voto
ciudadano está siendo
corrompido a diario
a base de falacias,
que conducen a nuestras
sociedades al pozo
del totalitarismo;
y no hay dios ni demonio
que dé una sola idea
para que el pueblo alcance
a vislumbrar el rostro
oculto tras la máscara
de los embaucadores.
Así que he puesto en marcha
mi inventiva al objeto
de aportar soluciones.
Habrá que reformar
la ley electoral
para obligar a todo
político a portar
en todo instante, a modo
de holter, un polígrafo
que, unido a un estropajo
de aluminio empapado
con lejía, les frote
la boca hasta que sangren,
siempre que se detecte
que han proferido alguna
de sus sucias mentiras.
Permítanme que piense
que habrán de transcurrir
muchos siglos, quizás
milenios para hallar
instrumento que iguale
a mi poliestropágrafo
para garantizar
el gobierno del pueblo
por el pueblo a través
de sus representantes
electos. Ahí lo dejo,
sin derechos de autor (**),
para que ponga mano
a la obra de forma
inmediata un equipo
pluridisciplinar
compuesto por juristas
y expertos en robótica.
Si la ciencia ha creado
a Alexia y la justicia
han superado el Código
de Hammurabi, no debe
resultarles muy arduo
desarrollar tan noble
y singular tarea.

(*) Fake news.
(**) Copyright
.

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