—¡Voto a Bríos! —repitió en innúmeras ocasiones el líder carismático ante sus fieles seguidores con inusitada vehemencia.
De ningún modo habría podido imaginar entonces, que, tan sólo dos días más tarde, acabarían interpretando sus palabras de manera literal.
Ilustración: Gustave Doré.
Brioso si que es el Caspado
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