Tampoco podemos olvidar las estadísticas de las actuales barriadas de la Sevilla olvidada.
Sevilla capital tiene doscientos mil desocupados (28 de cada 100 en edad de trabajar) y sólo setenta mil son parados registrados (10 de cada 100 sevillanos). El resto (unos 130.000 sevillanos) o no trabajan o lo hacen en negro o se dedican a hacer “chapú” aquí y allá.
Entre los barrios de la Sevilla olvidada viven más de la mitad de los parados (35.000) y una cifra aún mayor de los desocupados (en torno a cien mil), para unos doscientos mil habitantes en total (lo que supone en torno a un tercio de los habitantes de Sevilla capital).
Entre los jóvenes el paro parece una epidemia o una plaga, pues en los peores casos llega a afectar a dos de cada tres de ellos, que intentan incorporarse infructuosamente al mercado de trabajo.
Ahora no son obreros ni trabajadores de las fábricas, como en los ochenta, sino potenciales empleados de las oficinas, el comercio y la hostelería.
Sevilla tiene más de cien mil empleos de las oficinas de la Junta de Andalucía, recibe casi tres millones de visitantes para lo que ha quintuplicada su planta hotelera en las últimas décadas (21.000 plazas) y se ha puesto de moda como gigantesco bar de copas al aire libre, con más de dos mil establecimientos.
Todo esto genera miles de empleados por meses, semanas, fines de semanas o días emblemáticos de la Semana Santa o Feria de Abril, muchos de los cuales vienen de la Sevilla olvidada. El suyo es el reino de los trabajadores en precario de la Sevilla turística, burocrática y comercial.
(¢) Carlos Parejo Delgado
Sevilla, capitalidad del paro europeo año 2019
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