Valor y precio
Usaba las palabras como piedras.
Las lanzaba con todas
sus fuerzas contra el agua
a orillas del océano.
Todos le criticaban
su empeño contumaz y sin sentido.
Pobre bufón, decían
de él los magnos doctores
de orejeras y eclipse,
burlándose con saña.
Hasta que un día, a la vuelta
de la mar, les mostró
el modo de llegar a un nuevo mundo.
Afortunadamente
para los pobladores de aquel paraíso ignoto,
unas horas después ardió en la hoguera.
(Cantos de ida sin vuelta.)
Nadie es profeta en su tierra
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