Vivimos tiempos convulsos en los que se cuestiona mediante
la falacia y el estrépito lo incuestionable, y se eleva a la categoría de
axioma lo intolerable a la par que necio y aberrante. Tiempos de totalitarismo
en el fondo, allanando el camino a futuros dictadores en fondo y forma. Tiempos
de lobos que ya no se preocupan de disfrazarse de corderos, porque el rebaño ha
sido subliminalmente lobotomizado. Y las ovejas negras, en peligro de
extinción.
(De la serie "¡Larga vida a las moscas cojoneras!")
Las nuevas tecnologías dejan poco tiempo a la reflexión. Es buena época para los totalitarismos que pregonan respuestas inmediatas a males endémicos
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