Nos hablan los nuevos psicópatas patrios a caballo con vocación de asesinos múltiples, de emprender una nueva Reconquista desde el sur, y nos partimos de la risa ante tamaño, anacrónico e indocumentado disparate. Todo un dislate también de nuestra parte. Reflexionemos. Cuando así hablan están haciendo uso de la metáfora, esa figura retórica que, con inusitada y estúpida prepotencia, los malos aprendices de poeta consideramos exclusiva de nuestro patrimonio. Cuando hablan de Reconquista lo que nos están diciendo es que moverán cielo y tierra para arrebatarnos las conquistas hacia un mundo más justo que nos costaron sangre, sudor y lágrimas a los que siempre hemos vivido con la pesada bota del poder de las élites sobre el cuello. Las conquistas de la clase trabajadora. Las conquistas de tantos colectivos ninguneados, perseguidos, hostigados y discriminados por motivos de raza, sexo, ideología, religión, no religión y etcétera. Eso es lo que significa para ellos la reconquista que dicen venir a perpetrar. No, no perdamos el sentido del humor, no dejemos de defendernos mediante la ironía, pero no nos tomemos sus intenciones a broma. Y organicémonos para, todos a un tiempo, emprender un contundente y permanente contraataque. De lo contrario, dentro de no mucho tiempo no nos quedará más que llorar como Boabdil el Chico, por no habernos sabido defender como pueblo. ¡No a la Toma! Y esto es también una metáfora.
domingo, 13 de enero de 2019
Cuando vinieron a por todos
Nos hablan los nuevos psicópatas patrios a caballo con vocación de asesinos múltiples, de emprender una nueva Reconquista desde el sur, y nos partimos de la risa ante tamaño, anacrónico e indocumentado disparate. Todo un dislate también de nuestra parte. Reflexionemos. Cuando así hablan están haciendo uso de la metáfora, esa figura retórica que, con inusitada y estúpida prepotencia, los malos aprendices de poeta consideramos exclusiva de nuestro patrimonio. Cuando hablan de Reconquista lo que nos están diciendo es que moverán cielo y tierra para arrebatarnos las conquistas hacia un mundo más justo que nos costaron sangre, sudor y lágrimas a los que siempre hemos vivido con la pesada bota del poder de las élites sobre el cuello. Las conquistas de la clase trabajadora. Las conquistas de tantos colectivos ninguneados, perseguidos, hostigados y discriminados por motivos de raza, sexo, ideología, religión, no religión y etcétera. Eso es lo que significa para ellos la reconquista que dicen venir a perpetrar. No, no perdamos el sentido del humor, no dejemos de defendernos mediante la ironía, pero no nos tomemos sus intenciones a broma. Y organicémonos para, todos a un tiempo, emprender un contundente y permanente contraataque. De lo contrario, dentro de no mucho tiempo no nos quedará más que llorar como Boabdil el Chico, por no habernos sabido defender como pueblo. ¡No a la Toma! Y esto es también una metáfora.
Los simpatizantes de la izquierda han de volver a ilusionarse y demostrarlo en las urnas. Mientas tanto ajo y agua
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