Gigantes y cabezudos
Tiene el hombre una cabeza
arriba y otra debajo.
La primera: qué trabajo
si ha de usarla con destreza
para pensar —qué pereza—
y no para una embestida.
De la otra, su preferida,
afirma que es incansable
y tan firme como un sable
con jactancia desmedida.
Poema del descabezamiento del varón mamífero cual hidra mitológica
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