lunes, 29 de octubre de 2018

En la picota (XXI)


se ha transmudado el hueso
en lámpara
                    su hueco
sin tuétano es un pozo
de aceite al rojo vivo

se adentra en la maraña
de arañas y graznidos
                                       a su paso
la telaraña acaba
en cenizas
                   atónitos
gruñen los perros
                               todo
apunta —o eso anhela
el hueso— a que ya nada
lo frenará en su avance

pero la grieta ha sido
sellada por los cuervos
con sangre de quimera
y las espinas guardan
ignífugas la angosta
entrada a la mazmorra
urdida con retazos
de mito bajo el domo
cerval de la caverna

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