En la picota (XX)
el hueso —renacido—
ahora es uña y carne
con la luz del relámpago
y la lluvia colmando
de agua fecunda el hueco
del tuétano
provisto
de una brizna de fuego
y el mapa que ha esbozado
en el aire la rosa
de los vientos proyecta
volver a la caverna
y allí encender de nuevo
la lámpara de aceite
del filántropo ciego
¿alcanzará a sortear
la densa telaraña
que en torno a su perímetro
han hilado los perros?
Relatos oníricos y misteriosos a lo Samuel Becket
ResponderEliminar