En la picota (XIV)
el techo el lecho el mar
el hueso hueco el flujo
del aullido y la sangre
—una grieta se ha abierto
en el centro del pérfido
firmamento que nutre
las sombras fraudulentas
que ilustran la caverna—
en la espina sin tuétano
comienza a florecer
la rosa de los vientos
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