"¡El Rey está en pelotas! -se oyó, emergiendo atronadora y sincera de entre el populacho, la voz de un cándido infante.
"No, no, sólo soy un jodido doble; el Jefe del Servicio de Seguridad de su Majestad estimó para el día de hoy un elevado riesgo de atentado, y esta misma mañana he firmado un contrato en prácticas a tiempo parcial con mucha más letra pequeña que grande." -respondió el aludido, a aquellas alturas ya bastante acojonado por tener que desempeñar tan peligroso cometido en unas condiciones tan precarias de trabajo.
A la Casa Real le fue abierto un expediente sancionador por la presunta comisión de una infracción muy grave en materia de prevención de riesgos laborales. Fue archivado al día siguiente al de su apertura, y el inspector que lo incoase, apartado de inmediato de su puesto y enviado de por vida a un inhóspito islote del mar de Bering a contar copos de nieve y gamusinos.
Moraleja, no te creas el rey de nada o acabarás con los esquimales
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