La ministra Calviño, en un artículo
publicado el pasado
día 6 en "Expansión",
y en el contexto de un somero análisis
sobre la economía del Estado español,
a cuyo crecimiento otorga
el calificativo de robusto,
enumera una serie de medidas
que sin, según afirma,
ser revolucionarias,
vendrán a mitigar las consecuencias
negativas de próximos
ciclos de vacas flacas.
Es decir, la ministra nos informa,
aunque sin informarnos
a las claras y puede
que incluso sin saberlo,
de que el gran capital
aún no está satisfecho
y nunca lo estará
—su gula es insaciable—
con el botín logrado hasta la fecha
a base de saquear sin miramientos
a los trabajadores.
Así, el capitalismo
se puede definir como la fórmula
usada por las grandes
corporaciones y sus dueños,
para engordar sin fin hasta el instante
en que el mundo comience
—tal vez ya lo esté haciendo—
a morir sin remedio comido de gangrena,
a costa de destruir el medio ambiente
y hundir en la miseria a los trabajadores.
Fórmula por la cual tanto en periodos
de éxito como en otros de supuesto
fracaso del sistema —este sistema
sin corazón y enfermo, que nos tiene abocados
a sufrir la mayor de laa debacles—
la banca es la que gana
en tanto los que aportan
sangre, sudor y lágrimas
pierden y se empobrecen.
No estaría, por tanto,
de más que, a estas alturas,
cuando ya hace algún tiempo
que empezamos a verle las orejas al lobo,
pensásemos el modo de poner
en marcha alguna que otra
medida que apuntase
a la revolución. Nos va el futuro en ello.
¿Que tal si le otorgásemos
otra oportunidad al socialismo?
. . . . . . . . . . . . .
En este mundo pútrido
del capital no es cierto
que haya épocas de vacas
gordas y vacas flacas.
Lo que hay es una oronda
hiena con piel bovina,
mamando en todo instante de las ubres
de las reses silentes,
moribundas, escuálidas.
. . . . . . . . . . . . .
(Este texto, lo advierto
para tranquilidad de los poetas
puros y los puristas,
pese a haber sido escrito
tomando como préstamo
la métrica y el ritmo propios de la poesía,
no es ni pretende ser en modo alguno
tan siquiera el esbozo de un poema.)
Es verdad el espíritu de hiena del sistema capitalista, pero también tienealgo de camaleón que se transforma para seguir con sus ganancias...
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