Afirman e iteran y reiteran, no sin vasta y sentida pesadumbre, los entendidos en la cosa, que este año, luego de varias décadas prodigiosas, no ha habido ni habrá canción del verano. Y lo cierto es que resultaría imperdonable dejar que un, aunque no declarado oficialmente, bien de interés cultural de tamaño calibre terminase perdiendo su condición de eviterno por un quítame allá esas pajas y la falta de imaginación y astucia de los creadores musicales patrios. Para que lo entiendan los duros de mollera, quedarnos un solo año sin canción del verano sería casi tan catastrófico como que el Recre perdiese el decanato del fútbol español por un puñado de eurillos. Menos mal nuestro muy balompédico y generoso ayuntamiento socialista. De modo que he decidido, así de manera pública y renunciando a los correspondientes derechos de autor material del delito, aportar una modesta ideilla por si alguno de nuestros más afamados interpretes de la canción, como José Manuel Risotto o Marca España Sánchez -oh, qué bonito e intenso dueto-, en un arranque de fervor patriótico, se prestasen a recoger el guante. Así, con lo subido que ha demostrado estar últimamente el facherío en la Una, Grande y Libre, ¿qué tal una versión del Cara al sol adaptada a estos nuevos tiempos que tanto se asemejan a aquellos otros de antaño en los que con Franco vivíamos mejor? Al compás de rumbita catalana sería la releche en polvo. Vaya, que de llevarla posteriormente al Festival de Eurovisión, es más que probable que terminásemos por partir la pana. Y cuánta faltita nos está haciendo, ¿verdad? "Una lágrima cayó en la arena, en la arena cayó tu lágrima. Estabas tú cara al sol, estabas tú cara al sol, a la orilla del mar, con la camisa nueva, con la camisa nueva de pan tumaca manchá..."
lunes, 27 de agosto de 2018
Un rayo de sol, oh, oh, oh...
Afirman e iteran y reiteran, no sin vasta y sentida pesadumbre, los entendidos en la cosa, que este año, luego de varias décadas prodigiosas, no ha habido ni habrá canción del verano. Y lo cierto es que resultaría imperdonable dejar que un, aunque no declarado oficialmente, bien de interés cultural de tamaño calibre terminase perdiendo su condición de eviterno por un quítame allá esas pajas y la falta de imaginación y astucia de los creadores musicales patrios. Para que lo entiendan los duros de mollera, quedarnos un solo año sin canción del verano sería casi tan catastrófico como que el Recre perdiese el decanato del fútbol español por un puñado de eurillos. Menos mal nuestro muy balompédico y generoso ayuntamiento socialista. De modo que he decidido, así de manera pública y renunciando a los correspondientes derechos de autor material del delito, aportar una modesta ideilla por si alguno de nuestros más afamados interpretes de la canción, como José Manuel Risotto o Marca España Sánchez -oh, qué bonito e intenso dueto-, en un arranque de fervor patriótico, se prestasen a recoger el guante. Así, con lo subido que ha demostrado estar últimamente el facherío en la Una, Grande y Libre, ¿qué tal una versión del Cara al sol adaptada a estos nuevos tiempos que tanto se asemejan a aquellos otros de antaño en los que con Franco vivíamos mejor? Al compás de rumbita catalana sería la releche en polvo. Vaya, que de llevarla posteriormente al Festival de Eurovisión, es más que probable que terminásemos por partir la pana. Y cuánta faltita nos está haciendo, ¿verdad? "Una lágrima cayó en la arena, en la arena cayó tu lágrima. Estabas tú cara al sol, estabas tú cara al sol, a la orilla del mar, con la camisa nueva, con la camisa nueva de pan tumaca manchá..."
La lágrima que cayó en la arena era la de Puigdemont,cuandoquitaban una cruzamarilla de una playa, por eso tuvo tanto éxito en el resto de España
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