Monarcas en pelotas
Menos mal que aquel cuento
del monarca desnudo
era eso: sólo un cuento.
Porque si no lo fuese,
si fuese cierto, a ver
quién cojones sería
la guapa, el guapo, el bueno,
el feo o el malvado
con suficiente estómago
para aguantar la horrible,
nauseabunda visión
de tanto mamarracho
parásito de mierda
en pelota picada.
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