Me lo han robado todo —como a ti
que piensas "este tío
es un exagerao".
No queda asunto alguno
que no me sea ajeno;
ni el amor ni la muerte
ni el tiempo que me queda
se pueden contar ya entre mis haberes.
Pero tampoco a nadie debo nada.
Tiempo hace ya que es tiempo de partir,
pero el miedo es un ancla
oxidada y fundida
al frío oscuro y quedo
del fondo de la duda;
nada nos ata tanto como la incertidumbre
ante lo que nos es desconocido.
Es tiempo de partir, pero me quedo,
y sin asunto alguno
que pueda concernirme,
voy de mi corazón a mis instintos.
Quizás así te expliques por qué algunos prefieren soñar con un Cielo esperanza de vida eterna que con la nada despúes de nuestra travesía vital por este Mundo
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