miércoles, 13 de junio de 2018

Poema


Cánticos de sirena, llamados a poner sordina a las alarmas, se alzan de entre los ácaros que pueblan las poltronas y moquetas de los despachos oficiales. Polifonía de orfeón desafinado. La justicia a medida de las mafias del totalitarismo financiero y sus lacayos públicos, de cuando en vez precisa de un cabeza de turco que opere como burda coartada con la que tratar de justificar su falta de equidad ante el populacho. Yo sigo atado al mástil.

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