miércoles, 6 de junio de 2018

Pobre mundo


"Lo van a deshacer
va a volar en pedazos"

Idea Vilariño

Cinco han sido las grandes extinciones
habidas a lo largo de la historia
de nuestro singular planeta.
La mayor, conocida
como extinción masiva del Pérmico-Triásico
o la Gran Mortandad,
con una duración aproximada
de un millón de años,
tuvo como balance la desaparición
del noventa por ciento
de las especies vivas entonces existentes.
Aconteció doscientos
cincuenta y un millones
de años atrás y fue
la tercera. La quinta
y "última" hasta la fecha, está datada
hace sesenta y cinco
millones de años, coincidiendo
con los inicios del Paleógeno
y el final del Cretácico,
y fue la que supuso la desaparición
en masa de los dinosaurios.
Su origen aún es causa de debate,
aunque lo más probable,
según los estudiosos del fenómeno,
es que fuese producto del impacto
de un enorme asteroide en la península
de Yucatán, unido
a una notable actividad volcánica.
Esta gran extinción, especulando,
tuvo lugar en poco más de un mes,
siendo su duración atípica
con respecto a las otras
—entre quinientos mil y tres millones de años más o menos—,
lo que se explicaría
por los efectos catastróficos
acaecidos como consecuencia
del impacto brutal del asteroide.
Así que descartémosla
respecto a su extensión
en el tiempo y quedémonos
con que las grandes extinciones
han venido durando
en torno a un millón
de años y han supuesto,
en su "momento", la desaparición
de entre el setenta y cinco
y el noventa por ciento de las especies vivas.
Y, tras este preámbulo
didáctico, centrémonos
en el objeto de este texto
que, estando escrito en verso, no debiera
llegarse a confundir con un poema:
¿Se podría afirmar,
sin ser catastrofistas,
que hoy día ya asistimos,
sin ser conscientes de ello,
a una nueva extinción de carácter masivo?
Hace sólo unos días
un grupo de científicos
de California ha difundido
los resultados de un estudio
elaborado a tal respecto.
En el mismo concluyen que en lapso
de tiempo relativamente breve
de la historia del hombre
—tan sólo han transcurrido nueve mil
años desde el inicio
del Neolítico, aquella
primera gran revolución
llevada a cabo por el ser humano—,
ha tenido lugar la destrucción,
de la mano del hombre y su codicia,
de un ochenta por ciento
de los mamíferos marinos,
un cincuenta de plantas,
el quince de los peces y un ochenta
y tres de los mamíferos salvajes.
En el citado estudio
hay otros muchos datos
dignos de escalofrío;
mas no quiero cansar a los posibles
lectores de este ensayo
tan breve como urgente.
De modo que, para ir
acabando, formulo dos sencillas preguntas:
¿Es posible en tan sólo
unos miles de años...
es decir, puede el hombre
en tan escaso lapso
de tiempo, dar lugar
a una devastación
que podría llevar
al menos un millón
de años sin su presencia?
¿Está llegando, a pasos
de gigante, el momento
de irnos despidiendo de la ruina
en la que hemos mudado este planeta?

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