viernes, 29 de junio de 2018

"Padrasternalismo"


Digámoslo sin eufemismos edulcorantes, la Unión Europea va a aflojarnos pasta para que construyamos campos de concentración en los que hacinar como a cucarachas a los desventurados que vienen desde el Sur huyendo de la miseria y la guerra.

Una miseria y unas guerras que el capital transnacional lleva fomentando desde Europa y desde allende los mares desde tiempos coloniales. Procesos de colonización que, aunque con otras formas, pero con idénticos fines, continúan hoy plenamente vigentes. Porque, desde hace ya décadas, los grandes hombres de Estado y del saqueo de acá y acullá, ya sea por omisión o en clara connivencia con los traficantes de muerte y miembros amputados, vienen contribuyendo a que se arme hasta los dientes, entre otros pobres diablos, a los niños soldado del llamado continente negro para que se entretengan jugando muy en serio a matarse y de este modo poder esquilmar más fácilmente los recursos naturales de las tierras en las que, aquellos "afortunados" que lo consiguen, sobreviven a duras penas. Y, por todo ello, nuestros conterráneos más radicales y antipatriotas nos tildan de insolidarios y xenófobos. Pero se equivocan; no es xenofobia, es aporofobia, rechazo egoísta y visceral hacia aquellos a los que, por nuestro desmedido afán de rapiña, hemos empobrecido hasta las heces. Y, más que de insolidarios, se nos debería calificar por ello de hijos monstruosos de una gran hiena sifilítica que nos engendró tras ser sodomizada por un súcubo.

Fotografía: Michel Lewis

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