El país de las vendas
Si una noche, a la luz
volátil de un relámpago,
lográsemos sacarnos
la venda de los ojos,
veríamos aquellas
otras que llevan bien
ajustadas en torno
de oídos, boca y ojo
de cíclope, los otros.
(Entretanto, la herida
se agranda y mana eclipses
de luna y utopías,
sin nada que contenga
cuánto mutismo ciego.)
Este selfie no te favorece mucho
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