El triunfo de Sánchez ha desatado el ingenio popular (el del pueblo, no el del Partido Corrupto), que ha comenzado a disparar chascarrillos a quemarropa contra diestro y siniestro. Y, entre ellos, también los hay dedicados a parodiar lo mal que deben estar digiriendo este novedoso menú, que las alimañas hematófagas del nacionalcatolicismo patrio han dado en denominar "Frankenstein", el susanismo y su líder, la sin par Emperaora der Dedá.
Pero ¿podría ser la moción de censura que ha desalojado a Emepuntorajoy de Moncloa, la que, indirectamente, mantenga a Susana Díaz en San Telmo?
¿Cómo afectarán la moción y el posicionamiento mantenido por cada partido al respecto, al voto a corto plazo en Andalucía?
¿Se verá frenado el ascenso meteórico que auguran las encuestas para la formación de Juan Marín?
¿Se acelerará la caída de la de Moreno Carbonilla?
Y, lo que es mucho más importante, ¿adónde vamos, de dónde venimos, a qué huelen las nubes?
Eso dicen millones de espargiñoles Y ahora, qué?
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