jueves, 17 de mayo de 2018

¿Pueblo de Dios?


Me cisco en el Pueblo de Dios. Ojalá una espantosa tempestad de azufre y fuego, como la que cuenta la leyenda que asoló Sodoma y Gomorra, cayese incesante sobre los demonios que lo conforman, borrándolos de la faz de la tierra para la salvación y el bien de los justos.

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