(Según nos ha venido siendo transmitido de manera oral por ancestrales leyendas de trashumancia y sádica y apasionada zoofilia y alcaldes mayores de la Mesta, hubo una vez, por tierras altoleonesas, un pastorzuelo con vocación de matarife, que disfrazó de churras a la mitad de las ovejas de su rebaño de merinas. Después sólo tuvo que gritar "¡El lobo, el lobo, que viene el lobo!")
-¿Qué opina usted de la prisión permanente revisable?
-¿Lo cuálo?
-La cadena perpetua.
(Lo dice susurrando muy bajito.)
-Ah, ya. Se refiere usted a la cadena perpetua como posible condena para genocidas y torturadores como Billy el Niño y, cómo no, también para los hijos de la gran dictadura que, mal disfrazados de demócratas, llevan desde siempre haciendo todo lo que pueden y un poco más de lo que pueden, si es que eso es posible, y todo lo posible e incluso lo imposible, si es que lo imposible es posible, para que los crímenes de aquellos permanezcan impunes, ¿verdad?
-No nos metamos en eso.
Tommy Nawo, falósofo bucólico nefrítico, y, en ocasiones, juglar sin medias tintas.
-¿Qué opina usted de la prisión permanente revisable?
-¿Lo cuálo?
-La cadena perpetua.
(Lo dice susurrando muy bajito.)
-Ah, ya. Se refiere usted a la cadena perpetua como posible condena para genocidas y torturadores como Billy el Niño y, cómo no, también para los hijos de la gran dictadura que, mal disfrazados de demócratas, llevan desde siempre haciendo todo lo que pueden y un poco más de lo que pueden, si es que eso es posible, y todo lo posible e incluso lo imposible, si es que lo imposible es posible, para que los crímenes de aquellos permanezcan impunes, ¿verdad?
-No nos metamos en eso.
Tommy Nawo, falósofo bucólico nefrítico, y, en ocasiones, juglar sin medias tintas.
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