miércoles, 24 de enero de 2018
Lo imposible
Lo imposible carece de palabras.
No obstante, en su mutismo, tiene voz. Una voz
agria como el aullido
del frío fuego fatuo que rezuman
los muertos prematuros que aún se piensan
vivos y se revuelven en la fosa
común del desaliento, el desdén y el fracaso;
una voz sólo audible
para el muñón que, anclado a su vacío,
jamás podra hacer mella
en la luz de diamantes de la aurora
y sus astillas sordas como espigas.
Lo imposible carece de lenguaje
más allá de la arritmia intraducible
del destiempo y su jerga de sollozos
salobres desecando las aguas espejismo
de los sueños que claman sin sentido
ni alfabeto su sed en el desierto.
Mejor callar, entonces,
y rendirse al silencio deletéreo
que diluvian a modo de avalancha
las tormentas de arena,
sepultando el oasis ilusorio
del cántico inmolado en sacrificio
a la mirada pétrea de la última quimera,
bajo el código mudo e infecundo
que subyace en lo eterno.
Poema existencialista aubespecie León de Nerva
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