Moratón man
Era un desastre, nunca,
por mucho y mucho y más que se entrenase,
lograba terminar una carrera
—los años, su afición
al mosto y la cerveza,
unos kilos de más y, sobre todo,
su insistencia en pisarse los cordones,
que siempre lo llevaba a dar de bruces
con sus gastados huesos en la tierra.
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