La España del PP:
redil del "cada oveja
con su pareja", excepto
las impares y negras.
A estas se las esquila
o se les cae la lana
y el pellejo entre rejas.
Cadalso donde se alzan
espurias guillotinas
a fin de propiciar
desfiles de gigantes
-como aquellos que viera
Don Alonso Quijano
y Sancho confundiera
con molinos de viento-
sin tercos cabezudos
que pudieran joder
la fiesta a los que ostentan
por huevos mando en cloaca.
Paraíso bananero
del "¡por qué no te callas,
si no, te meto, leches!"
¡Arriba España! ¡Arriba
sus patriotas! ¡La tierra
es plana! (Eppur si muove).
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