Rajoy, como quien acuña moneda, fabricando independistas republicanos a tutiplén, y Puigdemont devolviéndolos a la senda del constitucionalismo unionista. Y las espadas aún en alto. ¿Es o no la puta locura? No hay mal que por bien no venga. Se marcha el IBEX 35, pero el de las terapias mentales comienza a antojarse como un sector económico con un enorme potencial de futuro en Cataluña.
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