Seguidilla bilbilitana
Si ves a Calatayud,
no preguntes por Dolores:
por su blusa de colores,
falda corta y juventud,
dirá el juez, con rectitud,
que viste como una puta.
Ni por Marcial, que disfruta
con su móvil. "¡Qué utensilio
del demonio!" —argüirá Emilio,
penándolo a ser recluta.
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