Flor de un día
Ansiaba transmutarse en flor de un día
y, anegando el erial con su fragancia,
romper por unas horas la distancia
que antaño lo privó de la alegría.
Mas la transmutación, ya sea utopía
o sólo una quimera sin sustancia,
en flor de un día es una extravagancia
irrealizable en tiempos de sequía.
Y atado a su delirio, ensimismado,
no reparó en las flores que, nutridas
con su llanto, brotaban, coloridas
y fragantes, en un rincón preñado
de ahora en el baldío. Y un mal día
dejó el hoy de ser siempre todavía.
Exquisito poema
ResponderEliminarBravo, buen sonete. Felicidades
ResponderEliminarFrancesc Cornadó