jueves, 31 de agosto de 2017

España no es un cántaro


"Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
puede y debe salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios."

Jaime Gil de Biedma


España no es un cántaro
por mucho que llevemos
décadas conviviendo
con el runrún de un cuento
empeñado en vendernos
un ensueño lisérgico
de afanosas lecheras.
No lo compres; España
no es un cántaro, España
es una vaca enjuta
a la que le secaron
las ubres y ahora yace
en el desolladero.
España no es un cántaro
en riesgo de romperse
por causa del traspiés
—léase la mala leche—,
aunque haberlos los haya,
de avarientos lecheros.
España no es un sueño,
es una pesadilla,
los pedazos sangrientos
de una res en las manos
de cuatreros haciendo
alevosos su agosto
vendiéndolos a saldo
envueltos en pingajos
de babeadas banderas.
España no es un cántaro,
es un drama, un mal sueño
del que se hace preciso
despertar con urgencia
a fin de en la vigilia
trabajar vigilantes,
codo con codo, unidos,
para que los cuatreros,
el Rex, los matarifes
no consigan tal que una
plaga bíblica alzarse
en pesadilla eterna.

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