Varios días después del incendio se "filtró" a los medios, cuando aún no había concluido la investigación, la teoría de que lo más probable es que su origen estuviese en la negligencia de una empresa carbonera. Y ello obviando una cuestión para nada baladí: que en los inicios de la catástrofe se detectaron varios focos, hecho que induce a pensar que lo más lógico es que hubiese sido intencionado.
En cualquier caso, si admitimos como origen tal negligencia, ¿cómo es posible que una instalación de este tipo, con los riesgos de incendio que suponen las mismas, estuviese enclavada en un área forestal? Más aún teniendo en cuenta que el pino es una especie ―por su carácter resinoso― con un enorme potencial para la propagación de incendios forestales. Este es un hecho que no sólo pone en entredicho las políticas ambientales de la Junta de Andalucía, sino también unas políticas de ordenación del territorio que deberían ―y no lo hacen― poner coto a tamañas aberraciones.
Por otra parte, no deja de llamar y mucho la atención el hecho de que después de varios días de haberse producido la citada filtración, y hasta el momento, nada hemos vuelto a saber en torno a la investigación destinada a esclarecer las causas del incendio.
Así, jugando a ser mal pensados, podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿El atribuir en aquel momento las causas del incendio a una negligencia de la empresa carbonera fue una "filtración" o un "globo sonda" para testar si la opinión pública "picaba" al respecto?
En Andalucía tienen a la zorra en el gallinero, así lo de siempre (claro que lo mismo en otras granjas).
ResponderEliminarLa empresa carbonera debería tener un amplio perímetro ignífugo o de seguridad para estar operando allí. ¿Lo tenía?
ResponderEliminarPor la fotografía superior (que es de la carbonera en cuestión) no lo parece.
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