Entre ir a todo tren y a todo trapo
-ah, el mar, la mar, las olas,
sargazos, hipocampos, caracolas...-,
no hay color: navegar -velas sin papo-,
como sirena, albur, delfín o sapo.
Y no guardar la ropa.
La mar hasta en la sopa o una copa
de tinto o de cicuta; hecho un guiñapo
o de uniforme blanco marinero;
mejor que en un vapor, en un velero;
mejor tú, sal, tú, oh, mar, tú que me pierdes,
que el raíl y la traviesa. Ah, desconcierto
de vientos y corrientes, mar abierto,
oh, arcano y hondo espejo de ojos verdes.
Hay pareces Rafael Alberti con coleta
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