jueves, 29 de junio de 2017

Pero sigo siendo el Reyyyyyyyy


(El Emérito está molesto, dolido, irritado, estupefacto.)

—Buenos días, Casa de de su Majestad el Rey, dígame.

—Buenos días, ¿me podría poner con el Jefe?

—¿Con el Rey? ¿De parte de quién?

—No, con el Rey, no. Con Jaime. Soy don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, progenitor de "El Preparao". Y no olvide usted que no tengo trono ni reina ni nadie que me comprenda. pero sigo siendo el Reyyyyy.

—En seguida, Majestad.

. . . . . . . . . .

—Sí, muy buenos días, Majestad. Dígame.

—¡Coño, Jaime! Cagontó, que no m'habéis invitao ni na. Te parecerá bonito, con lo campechano que yo soy y el papel trascendental que jugué para la consolidación de la democracia en Esperpentaña; esto no se me hace a mí, joder...

—Pero Majestad...

—Ni pero ni leches ni hostias fritas con aceite de palma. Joder, joder, joder, cago en los siete putos padres de la Constitución Española, con las de ganas que yo tenía de abrazar a Rogolfo Matón Villa, y m'habéis apartao como a un apestao o, peor aún, como a un vulgar perroflauta de mierda. Pero esto no se queda así, te lo juro por mi prótesis de cadera, el Opus, el brazo incorrupto de Santa Teresa, César Strawberry y...

—Pero, hombre, Juan Carlos, es que...

—¿Por qué no te callas? ¿Eh? Cuando yo haya terminado podrás venir a poner todas las excusas que se te ocurran, ¿vale?... Bueno, venga, di.

—Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir.)

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