No me gusta esta España.
Esta vaca esquelética
con vampiros mamando de sus ubres vacías.
Esta vaca satánica
donde el cura y el cabo nos imponen su credo.
Esta vaca, esta res
privada, desollada
aún viva para piel
de bombo y pandereta.
Esta vaca que embiste
contra el débil y lame
el rabo al poderoso.
Esta vaca que aún viste
toga de Santo Oficio.
Esta vaca de sangre
azul y neandertales
derechos de por nada.
Esta vaca cateta,
esta vaca mazmorra,
esta vaca del Opus,
esta vaca mordaza.
Esta España, esta España,
no me gusta esta España,
me avergüenza esta España.
Esta España de sanchos
panzudos en sus ínsulas,
España sin quijotes.
Esta España del “¡Vivan
las caenas!” y vítores
a los vivalavirgen.
Me avergüenza esta España,
no me gusta, lo digo
sin tapujos, a gritos,
con el alma en la mano.
No me gusta esta España,
esta España cateta,
esta España mazmorra,
esta España del Opus,
esta España mordaza.
Y que no venga nadie,
ninguno de esos falsos
patriotas con sus cuentas
corrientes en paraísos
fiscales; que no venga
ninguno de esos otros
patriotas sin sentido,
de esos torpes caballos
de Troya de sí mismos
cuya patria, esta España,
es un estado místico
donde ya sólo caben
la explotación y el hambre,
a decir que si tanto
me avergüenzo me vaya
a Cuba o Venezuela.
No vengan, no me vengan
con tamaña estulticia.
Porque mi sitio es este,
porque quiero otra España,
una España mejor,
para orgullo de todos,
para todos, de todos, democrática.
Y en esa España, en ese
lugar, en ese centro
desde el cual comenzar
a edificar un mundo
sin amos, patrias, himnos ni banderas,
son ellos los que sobran.
Que versión tan emocionante y dramática del poema de Blas Otero
ResponderEliminarCiertamente... Por cuánto tiempo ese calcetín maloliente en nuestro pie?
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