el futuro a destajo para luego
―cuando les es propicio
por intereses de índole
tributaria, ¡ALELUYA!,
empresarial y etcétera, o por meros
esnobismo o capricho
de carácter burgués o aristocrático―
venir a derramar sobre nosotros,
mugrones miserables
del fracaso, su hipócrita
y parca caridad
neonacionalcatolicista,
lo mismo que una cálida
y abundante meada.
¡ALELUYA! ¡ALELUYA!
Pareces Savonarola en la Catedral de Florencia
ResponderEliminarBenditos aquellos que sostienen la meada sobre ellos, caliente orín de perros sobre perros, porque España es un país de rastreros.
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