Hace ya tantos años
que no recuerdo cuándo,
que no recuerdo cuántos,
que no recuerdo dónde
ni cómo ni por qué.
Pero sé que aquel sueño,
hoy tan desdibujado
por el porfiado insomnio
que colige el fracaso,
pudo ser la respuesta
ilusoria otorgando
motivos y una pizca
de sal al anodino
sinsabor de la vida.
Si no pudiéramos soñar cosas bellas, seríamos como los demás mamíferos
ResponderEliminarA veces, en los sueños suenan los acordes de una marcha fúnebre. Todos conocemos el final del drama, es único y común para todo bicho viviente.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó